Créeme, hay más de lo que vemos a simple vista

Créeme, hay más de lo que vemos a simple vista

Más tarde, Jesús se apareció nuevamente a los discípulos junto al mar de Galilea. Este es el relato de lo que sucedió. Varios de sus discípulos se encontraban allí: Simón Pedro, Tomás, Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.

Fe en movimiento

Fe en movimiento

El domingo por la mañana temprano, mientras aún estaba oscuro, María Magdalena llegó a la tumba y vio que habían rodeado la piedra de la entrada

Traicionados por nuestros propios discursos

Traicionados por nuestros propios discursos

Mientras tanto, como Simón Pedro seguía de pie junto a la fogata calentándose, volvieron a preguntarle: ¿No eres tú también uno de sus discípulos? – No lo soy – negó Pedro. Pero uno de los esclavos del sumo sacerdote, pariente del hombre que Pedro le había cortado la oreja, preguntó: “¿No te vi en el huerto de los olivos con Jesús?”. Una vez más, Pedro negó, y enseguida cantó un gallo.

Padre haznos uno

Padre haznos uno

Para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos y tu en mí...

El calor de las pruebas

El calor de las pruebas

Simón Pedro le preguntó: Señor, ¿adónde vas? Y Jesús le contestó: Ahora no puedes venir conmigo, pero me seguirás después. ¿Pero por qué no puedo ir ahora, Señor? -le preguntó-. Estoy dispuesto a morir por ti ¿Morir por mí? -le contestó Jesús. “Pedro, te digo la verdad, mañana por la mañana, antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces.”

Presente

Presente

Seis días antes de que comenzara la celebración de la Pascua, Jesús llegó a Betania, a la casa de Lázaro, el hombre a quien él había resucitado. Prepararon una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro estaba entre los que comían con él. Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume. Sin embargo, Judas Iscariote, el discípulo que pronto lo traicionaría, dijo: “Ese perfume valía el salario de un año. Hubiera sido mejor venderlo para dar el dinero a los pobres”. No es que a Judas le importaran los pobres; en verdad, era un ladrón y, como estaba a cargo del dinero de los discípulos, a menudo robaba una parte para él. Jesús respondió: “Déjala en paz. Esto lo hizo en preparación para mi sepultura.”

Nunca es demasiado tarde

Nunca es demasiado tarde

Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto. Todo el que vive en mí y cree en mí jamás morirá. ¿Lo crees, Marta?

Visible

Visible

Pero mientras estoy aquí en el mundo, yo soy la luz del mundo.

Tal vez necesites ajustar tu visión

Tal vez necesites ajustar tu visión

Jesús habló una vez más al pueblo y dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”

Deja que los ríos fluyan

Deja que los ríos fluyan

En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: “Si alguno tiene sed, venga a mi y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

Es tiempo de salir de la barca

Es tiempo de salir de la barca

Al atardecer, los discípulos de Jesús bajaron a la orilla del lago para esperarlo, pero al ver que caía la noche y que Jesús aún no había vuelto, subieron a la barca y comenzaron a cruzar el lago rumbo a Capernaúm. Poco después, se levantó un viento fuerte sobre ellos y el mar se agitó mucho. Habían remado unos cinco o seis kilómetros cuando de pronto vieron a Jesús caminando sobre el agua en dirección a la barca. Estaban aterrados, pero él exclamó: “No tenga miedo, ¡Yo estoy aquí!”. Entonces lo recibieron con entusiasmo en la barca, ¡y enseguida llegaron a su destino”.

¿Quieres ser sano?

¿Quieres ser sano?

Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? ...Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo... Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.

No solo tomes mi palabra, mira con tus propios ojos

No solo tomes mi palabra, mira con tus propios ojos

Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

Hagan lo que Él les diga

Hagan lo que Él les diga

Al día siguiente, se celebró una boda en la aldea de Caná de Galilea. La madre de Jesús estaba presente, y también fueron invitados a la fiesta Jesús y sus discípulos. Durante la celebración, se acabó el vino, entonces la madre de Jesús le dijo: - “se quedaron sin vino”. – “apreciada mujer, ese no es nuestro problema” - respondió Jesús – “Todavía no ha llegado mi momento.” Sin embargo, su madre les dijo a los sirvientes: “Hagan lo que él les diga.”

Tal vez aún no es el tiempo

Tal vez aún no es el tiempo

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (Y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad