Lección 13
Los libros poéticos
Acercamiento al tema:
Este es un Salmo que se le atribuye a David, y que fue compuesto como un himno para ser cantado en el templo de Jerusalén en las grandes reuniones de adoración a las que asistía el pueblo de todos los puntos del país. El himno es el resultado de la meditación personal de David en la grandeza de Dios.
Cuando David inspirado por el Espíritu Santo se da cuenta de la presencia manifiesta de Dios en todos los detalles de su vida, y en todo lugar, no puede menos que irrumpir en profundo asombro y adoración a Dios. El énfasis del canto está en la presencia manifiesta de Dios.
No importa donde se encuentre el hijo de Dios, Dios lo conoce y está con él allí en forma total.
El tema de la meditación de David es la presencia manifiesta de Dios en su omnisciencia, omnipresencia, y omnipotencia. La reflexión se hace en cuatro estrofas de seis versículos cada una. Cada estrofa toca una fase del tema que es el asombro que le causa al salmista la presencia manifiesta de Dios.
Primero medita en el todo conocimiento de Dios que conduce y controla cada aspecto de su vida.
Luego se centra en lo maravilloso que es el hecho de que no podemos salir del cuidado y la presencia de Dios.
Enseguida David se detiene a meditar en el infinito poder de Dios que lo creó y planeó su vida detallada y cuidadosamente. Sobre la base de su mediación, David concluye afirmando su lealtad a Dios y rogando que Dios lo examine, lo corrija, y lo guie por el camino eterno.
Bosque Sugerido:
La maravilla del conocimiento de Dios
(vrs. 1-6)
Omnisciencia es el término que la teología usa para decir que Dios sabe y conoce absolutamente todo. Entre lo que Dios conoce, estamos nosotros, dice David. Cinco veces afirma que Dios le conoce porque le ha examinado cuidadosamente.
- Dios conoce lo que hacemos (nuestro sentar y levantar, w. 1 -2).
- Dios conoce lo que pensamos, aún antes de que lo pensemos (w. 2b, 4).
- Dios conoce nuestras acciones desde que son actitudes (el andar, el reposo y los caminos, (v. 3).
- Dios conoce nuestras necesidades, y por eso nos rodea detrás y delante, y pone su mano sobre nosotros (v.5).
- Para David saber que Dios nos conoce de esta manera es demasiado maravilloso. Por un lado es extraordinario que Dios creador del universo se interese en conocer a un individuo en el planeta Tierra de esta manera. Por otro lado es asombroso que el conocimiento de Dios sea tan detallado, íntimo y específico. La presencia manifiesta de Dios es asombrosa y jamás debemos perder la capacidad espiritual de asombro.
La maravilla de la presencia de Dios
(vrs. 7-12)
Ante lo arrobador del conocimiento de Dios (Dios nos conoce total e integralmente, desde nuestra más pequeña necesidad, hasta los pensamientos más íntimos) el ser humano pudiera tener la tendencia-dice David - a creer que puede encontrar lugares y tiempos donde Dios no está, y por tanto, tampoco su conocimiento. Pero después de meditar profundamente y analizar la realidad, David guiado e inspirado por el espíritu Santo entra en un estado de arrobo, asombro y estupefacción al entender que Dios está en todo lugar, siempre.
- David analiza ese aspecto de la realidad de Dios más allá del alcance humano (el cielo y el seol, vrs. 7-8). Para David, el cielo es la morada de Dios, y el seol es el lugar de los muertos antes de la resurrección. La presencia de Dios está en el cielo como en las profundidades del universo. Dios está presente en el paraíso, y también mantiene su control en el infierno.
- El salmista considera las dimensiones físicas del universo (vrs. 9-10). Si viajamos hacia el extremo occidental (el mar) del universo, o el rincón más apartado de la creación de Dios, allá donde para David termina la creación física, allí está Dios.
- Aun en la reflexión de David están las circunstancias negativas y positivas por las que atraviesa el ser humano (la noche y el día, vrs. 11-12). El Espíritu le muestra que Dios está presente en medio del sufrimiento (la noche, la oscuridad), como también en medio de la alegría (el día).
La maravilla del poder de Dios
(vrs. 13-18)
Dios no sólo es omnisciente y omnipresente, pero Dios es también omnipotente o todo poderoso. El salmista pudo haber usado la vasta creación de Dios para ilustrar Su poder. Sin embargo, escogió el milagro de la concepción y el nacimiento del ser humano para mostrar la grandeza del poder de Dios.
- En los vrs. 13-14 el salmista declara el hecho general de que la concepción es obra maravillosa de Dios, y concluye alabando y glorificando a Dios por ello.
- En los vrs. 15-16 el Espíritu Santo revela los detalles de la participación de Dios en el proceso de la gestación. Dios está allí, el ser humano desde el momento de la concepción es obra y objeto del poder creativo de Dios, Cada órgano, cada parte del cuerpo es formado minuciosa y detalladamente por Dios en lo profundo, en lo secreto de la matriz de la madre. Luego, allí mismo, el plan de Dios para esa vida es formado juntamente con su vida.
- En los vrs. 16-18 David prorrumpe en alabanzas y adoración a Dios por su indescriptible poder que hace posible el milagro de la concepción y el nacimiento del ser humano, junto con la ordenación de sus días, o el plan de Dios para su vida.
La maravilla de la Santidad de Dios
(vrs. 19-24)
Ante la grandeza inefable de Dios y su experimentación en el corazón, surge un profundo desprecio por el pecado, la maldad y la rebelión contra este Dios maravilloso que todo lo sabe, todo lo puede, y que está en todo lugar para bendecir a los suyos, y para llamar a los que no son suyos a que se conviertan y sean también suyos. Tal es la experiencia de Isaías en su capítulo 6. Después de contemplar la gloria de Dios, se da cuenta de lo horrible y detestable del pecado que marca la vida del pueblo, y su vida en lo personal. Así se siente David en este canto. Esa misma es la razón de que el Salmo concluya con una oración:
- La oración declara la guerra al pecado alrededor del salmista, y suplica la intervención del juicio de Dios (vrs. 19-22).
- La oración le declara la guerra al pecado personal que pudiera estar anidado en el corazón del salmista, y suplica la intervención expiatoria y purificadora de Dios.
Conclusión