La Sanidad del Siervo del Centurión



Lección 7

El Ministerio de Sanidad del Señor Jesús

Pasaje Sinóptico Básico: Mt. 8:5-13; y Lc.7:1-10


El Acercamiento a la Lección: 

Después de presentar los grandes principios del Sermón del Monte, Jesús volvió a Capernaúm para realizar un arduo esfuerzo por establecer el reino de los cielos en las poblaciones de Galilea. En  esta sección del primer viaje de Jesús por Galilea se ve su solicitud por toda clase de personas. Les proclama el reino de Dios con su mensaje oral  y con sus hechos de salvación. Su misericordia alcanza a los gentiles, representados por el centurión romano; a los acongojados como la viuda de Naín, y a los pecadores más degradados, como la mujer que enjugó los pies de Jesús con sus lágrimas. 

Las narraciones de Mateo y Lucas difieren en algunos detalles, ¿contradice Lucas a Mateo? Recordemos que dejamos establecido al principio de nuestro estudio de los sinópticos, los evangelios son desarrollos de temas teológicos concernientes a la vida y enseñanza de Cristo. Cada evangelista desarrolla su propio tema en relación con objetivos específicos diferentes de acuerdo a las necesidades de los lectores inmediatos que tiene en mente. Esto hace que con frecuencia, el mismo material o el mismo evento sean estructurados y enfocados en forma diferente y puestos también en contexto distinto por cada evangelista. Esto es lo que pasa en este caso. Mateo escribe su evangelio a los judíos y su objetivo específico al reportar este milagro es hacer resaltar ante sus lectores la inmensa fe que un gentil despreciado por el elitismo hebreo es capaz de ejercitar en Jesús, en contraste con la irritante incredulidad que caracterizó siempre la actitud de Israel hacia Jesús. Esta es la razón por la que Mateo considera apropiado para su tema y su objetivo omitir los medios (las delegaciones) que el centurión usa para llegar a Jesús. Lo importante aquí es que su fe es tan grande que viene a Jesús. Y así la incredulidad de los judíos los mantendrá alejados de la gran salvación (Mateo agrega los vrs.11-12 por la misma razón). Por su parte Lucas escribe su evangelio a los gentiles y su objetivo específico en mencionar este milagro es hacer resaltar la gran humildad de este romano poderoso ante Jesús y los resultados que se dieron como consecuencia. Por ello Lucas considera necesario reportar el evento completo, incluyendo el hecho que el centurión sé sentía tan indigno de estar en la presencia de Jesús que echa mano de dos embajadas y pide al Señor no entrar en su casa por considerarse indigno.

En concreto, tenemos en este pasaje las virtudes que el Señor Jesús promueve por medio de esta sanidad, que a su vez constituyen los elementos de la fe ante los cuales Cristo responde con tanta solicitud.

La Lección:

1. La Fe del Centurión hacia Jesús y la necesidad de conocerle

Esta actitud y acción del centurión no pueden ser pasadas por alto. Las tenemos que entender en el contexto y las costumbres de su tiempo. Los centuriones eran oficiales romanos al mando de un centenar de soldados, aunque la Biblia menciona a varios centuriones que buscaron a Jesús, aquí se trata de uno que dicen los ancianos judíos, era bueno con ellos. Esta delegación de ancianos intercede por la petición del centurión ante Jesús. 

Lucas nos dice

"...a quien éste quería mucho..."

Esto nos habla de la necesidad y el llamado pastoral y ministerial que tenemos y debemos ejercer por cada una de las personas que trabajan con nosotros y están en una gran necesidad de conocer el amor de Cristo.

El amor y la compasión que sentía por su siervo lo hicieron estar atento a cualquier esperanza de salvación

"... cuando el centurión oyó hablar de Jesús... “

El centurión es un claro ejemplo de fe en las circunstancias más adversas de la vida, el hecho de que su siervo estaba a punto de morir y tal vez no escuchar a Jesucristo con su mensaje divino, hizo estar atento al oficial romano al escuchar el paso de Jesús por las aldeas y tratar de llevar este mensaje a su siervo mediante la sanidad divina. Esto es lo que Dios espera de nosotros cuando alguien está muriendo sin conocer la salvación. Llevemos el mensaje de Cristo y su reino al enfermo. 

"...le envió unos ancianos..."

El centurión solicitó a un grupo de ancianos de los judíos, esto es gente que representaba la fe judía, y que se entiende conocerían mejor a Jesús, que hablarán en su nombre, el jefe romano necesita ser representado ante el Mesías porque él lo considera Superior, Divino, procedente del cielo. Es así como debemos considerar a Jesús y su mensaje divino de salvación. 

"...rogándole que viniese..."

Toda esta embajada era para suplicarle al Señor que viniera a sanar a su siervo, lo que en realidad nos habla de su propio deseo de conocer cara a cara al Señor. Ese debe ser nuestro propio deseo. 

2. La solicitud de los ancianos ante Jesús

Los ancianos basan su solicitud no en la fe del centurión, son poco sensibles ante esa necesidad espiritual, ellos más bien ven la oportunidad de manifestar al Señor Jesús que el gobernante ha hecho buenas obras

Es digno…”

porque ama nuestra nación y nos edificó una sinagoga

3. La gran humildad que el Centurión manifiesta ante Jesús.

La humildad es el otro elemento que constituye la fe de este centurión, cuando él se entera de que Jesús ha accedido a su solicitud y está en camino hacia su casa, siendo él un gentil y por lo tanto sin derecho alguno del reino de Dios; él envía otra delegación de amigos a expresarle a Jesús su verdadero sentir ante su presencia. 

  • Se siente indigno de presentarse personalmente ante Jesús. Es evidente que esta humildad no tiene nada que ver con la evaluación de su persona, ya que se trata de un romano y además centurión (jefe de cien soldados. La estrategia  de centurias constituía la columna vertebral del ejército romano y por ende, la espina dorsal del imperio), y si algo tenía el romano militar era el considerarse superior a los demás. Por lo que esta indignidad surge de un genuino sentido de reverencia hacia Dios, al entender que Jesús viene de Dios. Esto lo hace buscarse una embajada que lo represente ante Jesús. ! Qué hermosa es la fe genuina! Lleva al hombre reconocer su insignificancia ante la majestad de Dios. Qué diferente a esa actitud irreverente que el Movimiento Fideista de la confesión positiva de las cosas, y que promueve entre nosotros hoy que el hombre debe reclamar sus derechos ante Dios y ordenarle que le cumpla los deseos de su corazón. ¿Será esa la fe genuina?
  • Considera indigna su propia casa: Pero no solo él no se considera digno hablar directamente con el Señor, sino que también considera indigna su propia  para recibir la Majestuosa persona de Jesús, y le suplica que no ofenda su alta dignidad entrando a su ella.
  • Su grande necesidad de la gracia de Dios: El reconocimiento de su indignidad y falta de méritos ante Dios lo lleva inevitablemente a la conclusión de que no posee ningún derecho ante Dios y que necesita arrojarse a la gracia y misericordia de Dios, rogándole su intervención solo con decir su Palabra

Señor, no te molestes en venir a mi casa, porque no soy digno de tanto honor”. (Lc. 7:6) (NTV)

Tanto Mateo como Lucas enfatizan su acción quebrantada por medio de la súplica "...rogándole..." Ahora Mateo reporta la conversación omitiendo las delegaciones que representaron al centurión quizá con el único propósito de mostrar al judío la fe expresada directamente por un gentil, quien evidentemente no tenía ni derecho, ni conocimiento del mensaje del reino de los cielos como lo tenían los propios judíos de la casa de Israel. 

4. La Inmensa Confianza Que El Centurión Deposita En Jesús

  • Le pide decididamente que sane a su siervo.

“…pero di la palabra, y mi siervo será sano”

Le confiesa que cree que no necesita tocarlo ni estar cerca. Todo lo que tiene que hacer es decir la palabra y su siervo será sanado. 

  • Reconoce la autoridad de Jesús: Lo reconoce como un hombre con total autoridad espiritual que puede mandar y las cosas se harán. Le confiesa que él entiende lo que es la autoridad. Como militar vive relacionado con ella todo el tiempo y está familiarizado con su mecánica. Pero aquí se trata de un acto de sumisión y entrega del corazón a Dios, más que posturas autoritarias y humanas. 

5. La Gran Acción Del Señor Jesús

Su acción aquí, en esencia, es la misma que se ha venido repitiendo a lo largo de esta serie de sanidades. Sin embargo, las circunstancias vuelven a ser diferentes y como consecuencia, su procedimiento es también diferente. Lo que nos enseña que para Dios no existen fórmulas que lo controlen, procedimientos o mecánicas que lo esclavicen, prejuicios humanos que limiten su amor. Él es Dios soberano que gobierna su creación a través del contacto personal, inteligente, vivo, palpitante y dinámico. De la misma manera trata con sus hijos. Esa es su naturaleza.

  • Ahora se trata de un gentil representante del poder invasor y opresivo que esclaviza a su pueblo. Pero le responde con el mismo amor y solicitud con el que atiende a un judío.

Queda totalmente maravillado, complacido y honrado que en el corazón de un gentil haya más fe que en aquellos que presumen ser hijos de Dios.

  • Nuevamente el enfermo es objeto pasivo. Alguien más está ejerciendo la fe por él. Ya esto ha, ocurrido antes. Lo diferente en este caso es que ahora el enfermo ni siquiera está presente. Está a cientos de metros, o tal vez, kilómetros de distancia.
  • Pero el Señor dice la palabra y el enfermo es sanado en ese mismo instante allá donde está. ¡Bendito sea su Nombre!