Lección 6
El ministerio de Sanidad del Señor Jesús
Pasaje Sinóptico Básico: Mt. 12:9-14; Mr. 3:1-6; Lc. 6:6-11
Un acercamiento a la lección:
Hemos visto hasta aquí cuatro casos de sanidad del Señor Jesús, a través de estos milagros podemos observar su misericordia y su compasión sobre el hombre necesitado. Sin embargo la oposición de los enemigos del Señor es creciente debido a que su misericordia y autoridad ofende a los líderes religiosos. Por esta razón, el caso de sanidad que ocupa nuestra lección, se da en un contexto de total oposición al avance del establecimiento del reino de Dios sobre la vida del hombre necesitado de perdón y sanidad.
Esta sanidad que hace el Señor se lleva a cabo en la sinagoga de ellos (así enfatiza Mateo), y en día de reposo o sábado. Las escuelas rabínicas habían identificado treinta actividades que eran violaciones a la Ley en lo que refería a la prohibición de trabajar en sábado. Los fariseos tenían como norma de juicio, no la ley sino la interpretación que ellos hacían de ella.
La sanidad está precedida de una supuesta violación de los discípulos a la Ley, por arrancar espigas para comer en el día de reposo, y Lucas afirma,
“Aconteció también en otro día de reposo…” (Lc.6:6);
haciendo un énfasis a que se trataba de otro día de reposo. En estos dos incidentes, Jesús y sus discípulos no fueron culpables de violar ninguna ley de la Escritura sobre el sábado, sino de la interpretación que hacían del día de reposo los fariseos.
Es por eso que Jesús estableció dos nuevos principios: Primero: Dios quería que el sábado sirviera a la vida espiritual y física de su pueblo, no que se convirtiera en una carga imposible de llevar a través de tantas reglamentaciones absurdas
“Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes” (Mt. 12:7).
Este principio contrastaba con los conceptos de las autoridades religiosas, las cuales enseñaban que Dios solo había creado al hombre, para que hubiera alguien que guardará el sábado.
El segundo principio, equivale a un reclamo de su deidad,
“…el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.” (Mr. 2:28).
Si el sábado está hecho para el hombre, para que el hombre que había sido esclavo en Egipto tuviera un día de reposo, entonces el Hijo del Hombre, como Señor del hombre y su representante, tenía autoridad sobre el sábado. A través de esta demanda, Jesús está equiparándose a Dios, ya que el sábado es el día del Señor.
La Lección:
1. La Gran Oposición en la que Jesús realiza este milagro
El evangelista Lucas escribe que Jesús entró en la sinagoga y enseñaba, de manera que se trata de otra sanidad que se da en el contexto de la predicación y enseñanza del evangelio. El hecho de que Jesús enseñaba en la sinagoga nos habla de su total devoción a la Palabra de Dios, del cumplimiento de su misión al establecimiento del reino de Dios en la vida del hombre, y a la gran necesidad que la gente tenía de ser pastoreada con justicia y rectitud. Sin embargo en medio de su enseñanza se presentan algunos hechos que entristecieron su corazón:
- Los fariseos le acechaban para ver si infringía la Ley y así tener de que acusarle (Lc. 6:7)
- La dureza de su corazón les impedía creer en Jesús como el Mesías Salvador (Mr. 3:5)
- Veían al enfermo como un objeto de tropiezo para Jesús, más que como un hombre necesitado de perdón y sanidad. (Lc. 6:7)
- Preguntaron a Jesús si era lícito sanar en día de reposo, anteponiendo sus interpretaciones personales. (Mt. 12:9). Según su interpretación, sanar en sábado no estaba permitido, excepto cuando la vida corría peligro; aun entonces, solo estaba permitido tomar medidas para evitar que las cosas empeoraran, nada se podía hacer para mejorar. Jesús contradijo esa falacia diciendo
“…es lícito hacer bien en los días de reposo”
- Hicieron complot con los herodianos para destruir a Jesús, los herodianos eran acérrimos rivales de los fariseos, pero aun así se confabularon en contra de Jesús. (Mr. 3:6)
2. La Sanidad de este hombre es un Testimonio del Poder de Dios que confronta la incredulidad y hace bien a todo aquel que se rinde a Cristo en obediencia.
No obstante la dureza del corazón de los fariseos, Jesús prosigue con su plan de la sanidad física y espiritual de aquel hombre, porque es evidente que se trata de una persona que tiene devoción y fe al estar presente en la sinagoga y atento a la enseñanza del Señor. Notemos la estrategia del Maestro mediante tres imperativos que exigen una respuesta del hombre necesitado, este enfermo debía decidir si le creía al Señor, o prefería permanecer bajo el régimen religioso de los fariseos:
“Levántate y ponte en medio” (Lc. 6:8)
Aquí el Señor hace un llamado personal al enfermo mediante dos imperativos, siempre lo hará para poder sanar al necesitado, porque el hombre necesita actuar en fe y esperar en la misericordia de Dios. Lucas afirma que el hombre se levantó. Levantarse y ponerse en medio de todos, era una forma de expresar que él creía a Jesús a pesar de la fuerte lucha y oposición de los fariseos, el hombre había comprendido la enseñanza correcta acerca del día de reposo.
La pregunta de Jesús.
Cristo también confrontó a los religiosos fariseos con la dureza de su corazón haciendo tres cuestionamientos a su equivocada interpretación:
¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? (Mt. 12:11)
Aquí les plantea el valor de la vida humana como creación de Dios, a su imagen y semejanza, por encima de la vida de los animales, a quienes ellos por su codicia si rescataban en día de reposo.
¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal? (Lc. 6:9)
Es decir ¿permite Dios hacer bien en el día de reposo? Dios estableció el día de reposo como un mandamiento, para que su pueblo que había sido en Egipto sin tener un día de reposo.
- ¿salvar la vida o quitarla? Había que conocer lo que significa:
“…Misericordia quiero, y no sacrificio…” (Mt. 12:6)
La orden de Jesús:
Jesús prosiguió con su plan de sanidad sobre aquel hombre con una tercera orden de modo imperativo;
“…Extiende tu mano”
En respuesta a la fe de este hombre su mano fue restaurada, y dice Lucas que se trataba de su mano derecha.
Esta sanidad del Señor Jesucristo produjo mucho enojo en sus opositores, pero muchos le seguían. Cristo espera manifestar su poder en respuesta al hombre de fe y de esta forma otros puedan ver su poder y venir a Él, AMÉN.