El noviazgo: una perspectiva bíblica


Estudio 18 

Discipulado familiar


La Palabra de Dios consistentemente ofrece dirección a todas las etapas de la vida humana Una de las etapas más estratégicas es la juventud y con la juventud, viene el noviazgo. La Biblia nos proporciona suficiente información acerca de esta estrategia que Dios usa para preparar al joven para el matrimonio, a fin de que tanto el proceso de preparación como el futuro matrimonio glorifiquen a Dios. Es interesante notar que la revelación de Dios, cuando habla de este período de la vida, se refiere a los novios como aquellas personas que están listas para contraer matrimonio, o que ya están en la plena celebración de sus bodas. Isaías 49:18 y 61:10, por ejemplo, utiliza la figura de las vestiduras de los novios para ilustrar el gozo y lo extraordinariamente significativo de la restauración de la relación del pueblo con Dios. Es decir, el noviazgo habla de un tiempo muy importante de preparación para entrar a otra etapa que debe ser definitiva. Otra vez aquí, la Biblia presenta los novios como aquellos que se van a casar, y nunca como alguien que está tanteándose y probando la situación un tanto indeciso para ver si se anima y le entra al matrimonio. Todo lo contrario, el noviazgo es una condición de seguridad y certeza sobre lo que sigue, que es precisamente el matrimonio.

1. Fundamento y Propósito del Noviazgo Cristiano

·       El noviazgo cristiano se levanta sobre el fundamento de la nueva identidad de hijos de Dios que tenemos ahora en Cristo. Esta nueva identidad nos lleva a querer y desear vivir para Dios (2Cor.5:14-15). Al comenzar a vivir para Cristo, empezamos a expresar por medio de lo que somos y de lo que hacemos, y del lugar donde estamos todo lo que Dios es (Ef. 1:5,12). Sobre el fundamento de lo que somos por medio de Cristo, y de lo que es nuestra misión suprema de representar a Dios donde quiera que estemos, es que debemos entender, explicar y practicar el noviazgo.

·       Los propósitos del noviazgo son muy importantes porque dan contenido, sentido y rumbo a esta etapa de la vida. El propósito global del noviazgo es preparar a los novios para el matrimonio. Por lo cual:

 

1)      Es un tiempo para establecer y cultivar una relación de amistad especial. Ay de aquellos muchachos que se precipitan al matrimonio sin haberse dado primero la oportunidad de ser grandes amigos. Por eso, a este nivel los muchachos deben enfocar su relación a conocerse mental, emocional y espiritualmente. El aspecto físico está exclusivamente reservado para el matrimonio. Esta es la oportunidad de llegar a ser verdaderos amigos.

2)      Es un tiempo para aprender a hablar. Es triste y lastimoso conocer y observar parejas de casados que nunca aprendieron ni cultivaron el gozo de la comunicación; y allí los vemos en los lugares públicos, sentados uno junto al otro como troncos sin tener nada de qué hablar. El noviazgo es el tiempo para aprender a comunicarse mutuamente las ideas, los planes, los sueños y las metas.

3)      Es un tiempo para orar juntos buscando la voluntad específica de Dios para sus vidas.

4)      Es un tiempo estratégico para observarse mutuamente responder ante los desafíos y ante las crisis de la vida a esta edad. Es la oportunidad que Dios da para evaluar las fortalezas y las debilidades, y contestarse la pregunta, ¿me gusta lo que veo? ¿Es algo con lo que me gustaría y puedo vivir el resto de mi vida? ¡Ahora es el momento de abrir los ojos panorámicamente! Después de la boda, ciérralos y no los vuelvas a abrir. En lo que tiene que ver con defectos y debilidades, por supuesto.

 

2. La Edad Perfecta Para Iniciar el Noviazgo

Pocos asuntos causan tanto conflicto en la familia como lo es el determinar la edad correcta para que los hijos comiencen a participar en amistades de noviazgo. Los muchachos generalmente piensan que nacieron listos. Algunos padres creen que los quince años es la línea. Sin embargo, la mayoría de los expertos estudiosos de este aspecto de la vida concuerdan en que no es la edad cronológica el factor que determina si el adolescente está listo o no. Es más bien su grado de madurez emocional, física y espiritual, y su conocimiento al respecto lo que debe dictar si el joven está listo para manejar las presiones, los peligros, las decisiones y las responsabilidades que vienen con el noviazgo.

Primero la madurez. Al respecto, McDowell, en su Manual de Consejería Juvenil nos proporciona una lista de preguntas que los padres del adolescente deben contestar para determinar el grado de madurez del muchacho:

·       ¿Generalmente resiste la presión de grupo y decide por sí mismo?

·       ¿Le atraen más los jóvenes de su propia edad?

·       ¿Busca el noviazgo por amistad en vez de romance?

·       ¿Ha hecho un pacto de pureza sexual y está determinado (a) a cumplirlo?

·       ¿Cuenta con el permiso de sus padres?

·       ¿Depende su auto estima del hecho de ser capaz de tener novio(a)?

·       ¿Generalmente es capaz de resistir la gratificación o placer inmediato y pasajero de las cosas a favor de lo que es futuro y duradero en las diferentes áreas de la vida?

La respuesta negativa a las preguntas anteriores debe ser un alerta al joven y a sus padres a poner mayor atención a esas áreas, y a facilitar que la madurez se dé allí antes de empezar relaciones de |noviazgo.

Luego, el conocimiento. Además de un cierto grado de madurez emocional y espiritual, el adolescente debe conocer un diseño cristiano, una idea clara o modelo de lo que un noviazgo cristiano debe ser, antes de empezar una relación de noviazgo. Otra vez, en la opinión de los maestros y pastores de jóvenes, un diseño cristiano de noviazgo debe estar compuesto, a lo menos, por los siguientes tres elementos:

El propósito del noviazgo. Muy pocos jóvenes y adolescentes saben cuál es el propósito del noviazgo. Es triste, pero un alto porcentaje de jóvenes creen que el noviazgo es el medio para jugar el juego sexual sin quemarse. Ningún adolescente o joven está preparado para el noviazgo, hasta que el propósito del mismo está claro en su mente y en su corazón.

El código espiritual. Todo joven maduro para el noviazgo debe haberse establecido su propio código espiritual, sus propias reglas y convicciones emanadas de su relación personal con Dios por medio de Jesucristo, y del conocimiento que tiene de la Palabra. Los padres, los maestros y los pastores de jóvenes deben asistir al adolescente a formular su propio código. Este código debe estar compuesto de una definición clara de las siguientes áreas:

·       El tipo de lugares que se frecuentarán. La determinación de salir juntos, a lugares siempre públicos, y nunca estar en lugares privados evita peligros y tentaciones innecesarias.

·       El tipo de interacción física que es aceptable en la relación de noviazgo. Los muchachos deben saber, antes de comenzar a salir, que la interacción física en el noviazgo, si queremos agradar a Dios y disfrutar de un noviazgo sano, debe someterse al principio del respeto absoluto a la otra en lo que tiene que ver con sus emociones y su cuerpo. Ni el cuerpo ni las emociones de la otra persona nos pertenecen antes del matrimonio. Las caricia íntimas fueron diseñadas para preparar a la pareja para el acto sexual. A nivel de noviazgo, la pareja debe abstenerse de las caricias íntimas, toda vez que éstas despiertan emociones y deseos que no deben y que no pueden ser satisfechos a este nivel de la relación. Los novios que se involucran en la práctica de las caricias íntimas, viven en constante frustración, o terminan cediendo a la tentación. Los límites deben ser el tomarse de la mano y el beso casual. Ir más allá es siempre buscar problemas que terminan destruyendo vidas que no han tenido la oportunidad, ni siquiera de empezar.

·       El plan definido para cada cita. El paso final para armar el diseño sano y espiritual del noviazgo cristiano es la planeación. Los muchachos cristianos que quieren agradar a Dios en su noviazgo necesitan planear cada salida, en lo que tiene que ver con lugares que van a visitar y actividades que realizarán. Toda cita debe empezar y terminar con oración. Si oran juntos antes de salir, difícilmente la cita podrá terminar fuera del plan de Dios.

Conclusión

El propósito del noviazgo cristiano es preparar al joven para el matrimonio. Ese propósito debe gobernar toda la experiencia. Para que esta experiencia sea sana y cumpla el propósito, es necesario que los muchachos sean maduros emocional y espiritualmente, y posean la idea clara del propósito, del diseño y del plan del noviazgo cristiano.