Lección 9
La jornada final del Señor Jesús
Texto Básico: Mateo 21:23-22:46
Introducción:
La resurrección de Jesús es sin duda alguna el hecho más trascendente en la historia del cristianismo. Sin la resurrección de Cristo no podríamos hablar de la realidad y seguridad del cristianismo. “Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicia de los que durmieron es hecho.” (1ª. Co. 15:20). La resurrección del Señor fue el hecho más contundente de toda la jornada final que se vivió en la semana de la pasión de Cristo, ante este hecho, ninguno de los sacerdotes y fariseos, pudo negar la realidad de la Deidad de Cristo, nadie podrá jamás refutar su nacimiento, muerte y resurrección como la obra total y redentora a la humanidad y en particular a todo aquel que se acerca a Él.
La resurrección se vio rodeada de hechos contundentes y milagrosos. Su sepultura, la custodia sobre la tumba sellada con una pesada piedra, la resurrección sobrenatural de Cristo y el soborno a los soldados, dan un hermoso marco de triunfo de Cristo sobre la muerte, y sin duda traen una gran esperanza a la vida cristiana.
Pasada la crucifixión, quedaron los discípulo y seguidores de Cristo con casi ninguna esperanza; habían quedado las mujeres y algunos discípulos cerca de la cruz, los familiares de Cristo al ser galileos no tenían seguramente un lugar donde sepultarlo y así el cuadro se fue haciendo más difícil para la fe y la esperanza de los seguidores de Jesús, ya era además la víspera del sábado, ¿que fue entonces lo que sucedió con el cuerpo del Maestro?
La Sepultura de Jesús:
Los romanos acostumbraban dejar los cuerpos ya muertos para que fueran devorados por las aves y en la mayoría de los casos devorados por los perros salvajes. Sin embargo, la ley judía exigía que los cuerpos de los crucificados fueran sepultados en el mismo día según su costumbre (Dt. 21:22-23) Entonces el cuerpo de Jesús fue solicitado a Pilato por José de Arimatea.
- ¿Quién era José de Arimatea? Era un hombre justo, pudiente de Arimatea, llamado José. Era al parecer miembro del Sanedrín (Lc. 23:50). El tercer evangelio nos informa que no había estado de acuerdo con la actuación del Sanedrín en cuanto a Jesús (Lc. 23:51). Parece que estuvo ausente en la reunión convocada en la casa de Caifás, puesto que la condenación fue unánime. (Mr. 14:64; Mt. 22:70). Es probable que los sumos sacerdotes no convocarán a esta reunión, ni a José de Arimatea, ni a Nicodemo puesto que no estaban de acuerdo con ellos en cuanto a Jesús. Lo que es seguro, es que ambos se declararon seguidores de Jesús.
- José tenía un sepulcro propio, labrado en una peña y lo dispuso para sepultar el cuerpo del Señor.
- Preparo el cuerpo de Jesús envolviéndolo en una sábana limpia
- Lo puso en el sepulcro que no había sido usado por nadie, era nuevo y exclusivo, en este caso para Jesús, para que se cumpliera otra Escritura; "Y él hizo su sepultura. . . con los ricos en su muerte" (Is. 53:9).
- Lo acompañaron al sepulcro María Magdalena y la otra María.
La Guardia en el Sepulcro:
Mateo menciona que la guardia puesta ante el sepulcro, (Mt. 27:62-60) por Pilato a petición de los sacerdotes, quienes infringieron el mandamiento del sábado y fueron a pedirle a Pilato que custodiase el sepulcro porque tenían miedo de que se cumplieran las profecías a cerca de Jesús y que dijeran: “Ha resucitado Jesús de los muertos”. Para los fariseos el primer fraude había sido el hecho de que Jesús había sido revelado y declarado el mesías. Una supuesta resurrección según ellos, hubiera sido el último fraude (v. 64).
Por eso, para todos ellos era urgente asegurar el sepulcro hasta el tercer día por dos razones:
primero, para refutar la profecía de Jesús que dijo: Después de tres días resucitaré (v. 63).
Segundo, los judíos creían que después de tres días el espíritu se separaba permanentemente del cuerpo, asegurando el hecho de la muerte (Juan 11:39).
¡Qué fútiles fueron sus esfuerzos al tratar de impedir la resurrección de Jesús, cuando aseguraron el sepulcro con la guardia! (v. 66).
La Resurrección De Jesús Mt. 28:1-10
Con todo lo que pudiera haber incluido en el relato de la resurrección, Mateo se limitó a pocos detalles. Estos detalles son sin duda un testimonio contundente para aquellos fariseos y sacerdotes endurecidos que se negaron a creer en Jesús a pesar de todo lo ocurrido antes y después de la crucifixión.
- Primero: resurrección del cuerpo físico de Jesús: Era muy importante la resurrección física del Señor Jesús, primero para confirmar a los discípulos, luego para que se cumplieran las escrituras (Mt. 16: 21). Por otro lado, era necesario derrotar a Satanás y quitarle el poder que ejercía sobre la muerte (Heb. 2:14; 1ª. Co. 15:54,55)
- Pasado el día de reposo, vinieron a ver el sepulcro María Magdalena y la otra María
- Hubo un terremoto
- Descendió del cielo un Ángel del Señor y removió la piedra sentándose sobre ella
- Los guardias que custodiaban el sepulcro quedaron como muertos
- Las mujeres recibieron un mensaje de aliento:
- “No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado”.
- “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo “
- “Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor”.
- Segundo: La resurrección confirmada por el mismo Señor era importante, por eso citó al ángel: “buscáis a Jesús, . . . no está aquí” (Mt. 28: 5, 6). La resurrección fue importante porque al aparecer a las mujeres y luego a los discípulos, sirvió para darles aliento y luego comisionarlos soplando en ellos el Espíritu Santo. (Jn. 20: 21,22). Por esta razón Jesús apareció en diferentes ocasiones después de haber resucitado:
- En los alrededores de Jerusalén:
- A María Magdalena (Mc. 16:9; Jn.20:11-18)
- A las otras mujeres (Mt. 28: 8-10)
- A Pedro (Lc. 24:34)
- A los diez discípulos (Lc. 24: 36-43; Jn.20:19-25)
- A los once incluyendo a Tomás ( Mc. 6:14; Jn. 20:26-29)
- En el momento de la ascensión (Mc. 16:19.20; Lc. 24: 50-53; Hch. 1:4-12)
- A los discípulos en el camino a Emaús (Mc. 16:12.13; Lc. 24: 13-35)
- En Galilea (Mt. 28:16-20; Jn. 21:1-24)
- A quinientas personas (1ª. Co. 15:6)
- A Santiago y a los otros apóstoles (1ª. Co. 15:7)
- A Pablo en el camino a Damasco (Hch. 9:1-6)
Conclusión:
Así podemos concluir que la resurrección de Jesús dio inicio a la celebración del Nuevo Pacto, y que los cristianos celebrarán perpetuamente hasta el día de la segunda venida de Jesucristo. Esa es la razón teológica por la cual la iglesia cristiana guarda el día domingo y no el día sábado. El sábado era guardado en el Antiguo Pacto debido a que ellos habían sido esclavos en Egipto durante 400 años; la iglesia cristiana guarda el día domingo debido a la resurrección de JESUCRISTO.
AMÉN