Lección 5
La jornada final del Señor Jesús
Texto Básico: Mateo 24:36-42; 25:31-40
Introducción al Tema:
Ya inmerso en su discurso de las cosas finales, el Señor Jesús hace un llamado a permanecer vigilantes ante lo inminente de su venida y el juicio de las naciones.
En su discurso final (24:1 a 25:46), Jesús predijo la inminente destrucción del templo y contestó las preguntas acerca del fin del mundo (24:1-35). En la última parte del discurso enfatizó la urgencia de velar y de estar preparados para la venida del Hijo del Hombre (24:36-44).
La venida del Hijo del Hombre queda ilustrada por medio de tres parábolas perfectamente aplicadas a la vida de los siervos del Señor. En estas parábolas Jesús hace un llamado a quienes ha encargado su reino (los mayordomos), al total de los creyentes ilustrados aquí a través de las diez vírgenes, y los siervos encargados de invertir correctamente los valores de su reino.
Bosquejo de Estudio:
1.Un Llamado A Estar Preparados Y Vigilantes (24:36-42)
En esta sección el Señor Jesucristo enfáticamente enseña que es solo el Padre el único que sabe cuándo será la segunda venida de Cristo. Si el mismo Jesús encarnado no conocía el momento de su segunda venida, era y es inútil debatir sobre cuándo será el tiempo. Debido a eso Jesús deja bien claro donde debemos prestar nuestra atención. En tiempos de indiferencia y descuido aparecerá súbitamente el Señor, el Maestro usa el ejemplo de los días de Noé.
- Una aparición sorpresiva para todos los seres humanos (vr. 37)
- Cuando la sociedad entera permanece y camina en un proceso de degradación espiritual, ignorando la advertencia de que Jesús regresará al mundo para juzgar a las naciones:
- Comiendo y bebiendo. Participando de banquetes. Esta palabra se deriva del griego (trogo), primariamente mordisquear, morder, visto en perspectiva como la costumbre constante de comer, pero que deja a un lado lo verdaderamente importante, el andar con Dios (vr. 38)
- Casándose y dándose en casamiento: Es lógico que en las costumbres orientales se acostumbrara este término desde la perspectiva de entregar a una hija en matrimonio. Sin embargo, al parecer el Señor hace notar aquí que ese proceder de la gente estaba olvidando la comunión con Dios entregándose únicamente al fin social.
“Y no entendieron”: no tenían en cuenta la advertencia de Dios, sorpresivamente vino el diluvio y se los llevó a todos.
“Velad, pues…” (vr. 42) Es un llamado del Señor a permanecer alerta porque las consecuencias serán lamentables:
- Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Hace referencia primero a los hombres que estando en el trabajo serán separados, uno arrebatado en el aire, el otro dejado en la tierra a los grandes sufrimientos de la gran tribulación.
- “Dos mujeres estarán moliendo en un molino…” De la misma manera las mujeres en el molino representan las labores cotidianas, una mujer será tomada y la otra dejada. La ilustración de las parejas separadas representa la selección de los escogidos y los dejados debido a su falta de atención e interés.
Puesto que la segunda será inesperada y repentina como el diluvio, conviene vigilar y orar. En la época de Noé, la vida siguió su curso normal. Nadie más que Noé tuvo conocimiento de la catástrofe que les amenazaba, ni preparo el resguardo de su familia. Su terrible despertar llegó cuando era demasiado tarde.
Así habrá personas íntimamente asociadas que serán separadas por el inesperado regreso del Señor Jesucristo.
La separación de los grupos será efectuada por el “rapto”, o sea, el arrebatamiento de la iglesia (1ª. Ts. 4:17)
2. La Parábola De Los Siervos Fieles (vrs. 45-51)
Mientras esperan la venida del Señor, sus seguidores no deben limitarse a velar y orar, sino que deben servirle leal y responsablemente trabajando para Él con conciencia. Esta enseñanza está dirigida a todos, pero en particular a los ministros que apacientan la grey de Dios.
La parábola hace una clara diferencia entre los siervos fieles y los siervos infieles y descuidados.
Los siervos fieles:
- Un sirviente fiel y sensato es aquel a quien el amo puede darle la responsabilidad de dirigir a los demás sirvientes y alimentarlos. (vr.45) Su responsabilidad requiere mayor esfuerzo y dedicación.
- Primero es dirigir a los demás a ser responsables en lo que tiene que ver con la espera del Señor de la casa, es decir en la espera del Señor Jesús en las nubes. Es alguien a quien el Señor ha llamado y le ha confiado el cuidado del resto de los creyentes.
- Luego es alimentarlos a tiempo. La alimentación se refiere por supuesto al alimento espiritual, es la labor del pastor con las ovejas, llevarlas a los pastos verdes, a las aguas de reposo, sacarlas del redil, guardarlas de los lobos, y volverlas al redil. Es sin duda la figura del buen pastor.
- A este siervo fiel el Señor lo pondrá sobre todos sus bienes, es una recompensa mayor como resultado de su esfuerzo y trabajo fiel. (vr. 47)
Los siervos infieles:
- A diferencia de los siervos fieles, el infiel duda de la puntualidad del cumplimiento del regreso del Señor
- “Mi amo no regresará por un tiempo” NTV
- Comienza a golpear a sus consiervos, es decir los maltrata espiritualmente, desanimando a estos otros del camino y de la seguridad de que el amo regresará.
- Se dedica a comer y a beber con los borrachos, es decir comienza a vivir disipadamente, se olvida de su mayordomía, comienza a sentirse dueño de su tiempo y abusa del poder que le fue conferido.
- Vendrá el Señor repentinamente y a este siervo malo:
- Lo castigará duramente
- Le hará lugar con los hipócritas
- Lo echará en el fuego eterno “…allí será el lloro y el crujir de dientes”
3.La Parábola De Las Diez Vírgenes (Mt. 25:1-13)
La parábola de las diez vírgenes. Esta hermosa parábola continúa la amonestación del Señor acerca de la actitud de vigilancia que necesitan sus seguidores. El esposo representa al Señor, mientras que las diez vírgenes simbolizan a sus seguidores. Esta parábola nos enseña que los miembros de la Iglesia se dividen en dos categorías; los prudentes, que se preparan para la venida de Cristo, y los insensatos, que se consideran amigos, pero no toman precauciones por si el esposo demora. Como consecuencia de su negligencia, los insensatos sufrirán desilusión, desesperación y exclusión del reino. Los detalles, como el aceite y el sueño de las jóvenes, tienen un importante significado, pues representan alegóricamente la llenura del Espíritu y el adormecimiento espiritual de los discípulos de Cristo. Por esa razón el Señor describió de una manera tan conocida esta parábola, y así indicarnos que debemos vigilar y estar preparados para la segunda venida de nuestro Señor.
- Según las costumbres de aquellos tiempos, en la noche de boda el novio y sus amigos iban a la casa de la novia para llevarla al hogar del novio, donde se celebraría la fiesta nupcial. Los demás invitados que no habían ido a la casa de la novia podían unirse al cortejo mientras éste caminaba hacia la casa del novio. Sin embargo, sólo los que llevaban una lámpara encendida podían marchar en la procesión y ser admitidos en la fiesta. Esto es lo que representan las jóvenes vírgenes en la procesión, equivale hoy en día a las damas de honor en una boda.
¿Qué significado tiene la parábola en nuestros días?:
- El Señor demoraría mucho en volver otra vez: "Y tardándose el esposo." La historia descrita por Jesús nos enseña que estas damas de honor perdieron el deber de permanecer alertas. Han transcurrido dos mil años y todavía demora en venir. ¿Cuál es el deber de la iglesia?
- La venida del esposo sería repentina e inesperada. El esposo llegó a medianoche, mientras las vírgenes dormían. Por eso dice Jesús: "Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir". A la media noche cuando nadie lo esperaba se oyó un clamor “Aquí viene el esposo”. Las vírgenes que no se habían preparado no supieron que hacer ante la llegada inesperada. ¿Cuál es el deber de los creyentes?
- ¿Pedir prestado el aceite de la unción?
- ¿Correr a conseguirlo?
- O ¿Ir en el cortejo a las bodas sin lámpara?
- Muchos que se consideran verdaderos cristianos no están en condiciones para heredar el cielo. Cuando venga Jesús se manifestará la diferencia entre los prudentes y los insensatos. Sólo los que lleven aceite en su vasija serán admitidos en la fiesta celestial. ¿Qué significa llevar aceite consigo? Significa estar preparado (véase Mateo 25:10). La preparación para la venida de Cristo exige una llenura interior y una plenitud del Espíritu Santo, que se manifiesten en una vida capaz de alumbrar un mundo en tinieblas. Las personas que ponen su confianza en pertenecer a una iglesia, o participar de la liturgia externa de la congregación, no tienen garantizada la salvación, y por lo tanto no la tienen en la entrada a las Bodas del Cordero.
- Cada persona tiene la responsabilidad de estar preparada, y no puede depender de lo que haya hecho otra. La negativa de las prudentes a compartir el aceite que tenían con las insensatas no es señal de que fueran egoístas, sino enseña que la gracia no se puede compartir con otros en el momento en que el esposo este a la puerta. La gracia se comparte y se vive en comunión, mientras haya tiempo sobre la tierra. "Cuando el Esposo ya esté cerca, será demasiado tarde para prepararse para su venida y será en vano pedir ayuda a amigos y compañeros." "He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de la salvación."
4. La Parábola De Los Talentos Mt. 25:14-30
La parábola de los talentos. La historia de las diez vírgenes nos enseña que debemos vigilar y estar preparados para la segunda venida; la de los talentos enseña que debemos dedicarnos a servir con fidelidad durante el tiempo que Cristo no esté presente. Somos responsables como los mayordomos, por el buen uso de lo que Dios nos entrega, y porque en el día final le tendremos que rendir cuentas de lo que hayamos hecho con todo ello.
La parábola de los talentos parece a simple vista otra versión del relato de las minas (Lucas 19:12-27), pero el estudio esmerado de ambas muestra diferencias importantes entre ellas. La parábola de las minas indica que los hombres que reciben los mismos dones pueden diferir mucho en el uso de ellos. También señala que estos hombres serán recompensados en proporción a su diligencia. En cambio, la parábola de los talentos enseña que las personas que han recibido distintos dones pueden emplearlos con la misma diligencia y ganar la misma recompensa.
El Trasfondo Histórico:
En aquella época era frecuente que algunas personas con cierta preparación, por azares del destino y del peso del imperio romano se entregaran a la esclavitud, pues al menos así podrían tener asegurado el alimento y la vivienda, pues la pesada carga de impuestos del imperio no les ofrecía una mejor opción. Muchos de ellos eran artesanos, comerciantes o aun maestros. Así que contaban con una buena preparación para negociar, trabajar, o hasta invertir los bienes de sus amos.
Entonces existía la costumbre de que algunos de estos amos salían de viaje hacia Roma u otras ciudades importantes, dejando a sus esclavos a cargo de sus propiedades, y cuando estos amos decidían volver, tenían el derecho de reclamar los rendimientos que sus bienes hubieran generado durante el tiempo de su ausencia.
La parábola en sí:
Al partir el amo de la hacienda dejó sus bienes en manos de sus siervos, y les repartió según la capacidad de cada uno:
- A uno dio cinco talentos. El talento al que aquí se refiere, era una medida de peso en plata, y equivalía al sueldo que un obrero recibía en veinte años de trabajo, de manera que un solo talento bastaba para representar una elevada suma de dinero, cuya administración exigía responsabilidad.
- Al segundo dio dos talentos; o sea el equivalente a cuarenta años de trabajo de un jornalero.
- Al tercero le entregó un solo talento, pues esa era su capacidad real de negociación.
El regreso del amo:
“Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos…” El amo regresó inesperadamente y sin previo aviso. La narración de la parábola es clara cuando detalla el regreso del señor de la hacienda. Lo primero que hace al volver es llamar a sus siervos, en quien confió todas sus riquezas para hacer las cuentas de la inversión.
- El primer siervo: Es el más capaz de los tres aquí descritos y responde a su señor con toda propiedad acerca de cómo trabajo sus bienes. “Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.” Este siervo encontró recompensa y reconocimiento de parte de su señor:
- Un reconocimiento a su fidelidad; “Bien, buen siervo y fiel”, es un reconocimiento a su servicio y a su fidelidad, por eso es el énfasis en Reino Valera “…siervo y fiel”
- Es una manifestación de confianza a su fiel y dedicado servicio: “sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré”
- Es una recompensa a la fidelidad del siervo diligente: “entra en el gozo de tu señor” es decir, ven a celebrar conmigo. Así el Señor llamará a los siervos fieles a la celebración del gozo.
- El segundo siervo: Es muy semejante al primero, solo cambian las cantidades invertidas, pero, la recompensa y el reconocimiento son idénticos, solo se trata de un siervo con menos capacidades o talentos.
- El tercer siervo: Aquí se trata de una persona perezosa y sin ningún esfuerzo por trabajar los bienes de su amo:
- Considera al amo como una persona dura, severa, no lo mira con agradecimiento por la confianza que le tuvo de invertir sus bienes.
- Lo considera injusto, porque cosecha donde no sembró.
- Recoge las cosechas que no cultivo.
- Se consideraba dueño de su tiempo, por eso no invirtió
- La recompensa de este es mala y de acuerdo con su infidelidad y falta de servicio:
- Siervo malo y negligente
- Sabías que cosecho donde no sembré y recojo donde no cultive. Aunque esta frase es de acuerdo con la poca conciencia de servicio que esta persona tiene, no porque el amo no tuviera derecho de hacerlo.
- Deberías haber dado los talentos a los banqueros, para ganar por lo menos los intereses.
- Se le quitará lo que recibió y se le dará al que trabajó con ahínco
Los talentos simbolizan las capacidades espirituales y físicas que por gracia hemos recibido del Señor, pero principalmente y en el sentido exacto de la parábola, simbolizan las riquezas del reino de los cielos que se nos han dado, para trabajarlas con los talentos recibidos, e invertirlas bien en la vida sobre la tierra. Dios espera que, al volver el Señor, su reino se haya multiplicado según lo que nos ha entregado y que sus riquezas se multipliquen entre los seres humanos.
El lugar del gozo es el reino milenial y el cielo eterno con el Señor, mientras las tinieblas son el infierno y el lago de fuego.
5. El Juicio De Las Naciones Mt. 25: 31-46
La parábola de las ovejas y los cabritos (Mt. 25:31-46).
Mateo presenta esta escena de incomparable majestuosidad. Por primera y única vez, Jesús se llamó a sí mismo ''Rey'' (Mt. 25:34). Anteriormente, todos sus actos habían revelado su dignidad real, y sus discursos y parábolas la habían insinuado. La entrada triunfal y la purificación del templo habían indicado que Él se consideraba el Monarca divino, pero nunca había afirmado abiertamente que era Rey. En cambio, en este momento, a sólo tres días de su pasión, se describió a sí mismo como el Rey y Juez del universo.
Puesto que esta descripción del gran tribunal de Cristo contiene detalles de los que carecen otras descripciones bíblicas del juicio divino, es muy difícil relacionarla con otras partes de la Biblia. Aunque esta parábola puede tener distintas apreciaciones, lo cierto es que debemos apegarnos a las reglas de la interpretación bíblica para obtener el mensaje que realmente Cristo nos dejó plasmado en este capítulo.
El Señor estableció principios esenciales para el día del juicio final, entendiéndose este, en el momento de presentarnos delante de Cristo para ser juzgados.
- Comenzaremos por decir que solo se trata de una parábola destinada a enseñar que será Cristo quien juzgará a toda la humanidad. Puesto que Jesús describió el juicio en ese momento con rasgos generales, y el texto contiene algunos momentos distintivos, tanto con respecto al tribunal, como con respecto a los creyentes (2ª. Corintios 5:10), que lo asemejan al juicio del Trono Blanco (Ap. 20:11-15), parece lo correcto fusionar ambos acontecimientos.
- Las ovejas son aquéllos que reciben el evangelio del reino (Mt. 24:14) y tratan bondadosamente a "estos mis hermanos", (vr. 40), esto es el grupo de creyentes o seguidores de Jesús, (versículos 34-36). Los cabritos son los malos, que rechazan el evangelio del reino y persiguen al pueblo de Dios (vrs. 41-46), mostrando de esta forma su alianza con Satanás (versículo 41), la bestia y el falso profeta (Apocalipsis 13:1-18).
- El propósito no sería presentar un juicio en particular, sino dar algunos principios generales por los cuales el Señor juzgará a todo hombre. La verdad central es que habrá una separación absoluta e irrevocable entre las ovejas o "hermanos" de Cristo y los cabritos, que representan a los que rechazan al Salvador.
- Los principios de la hermenéutica prohíben convertir las parábolas en fuente de doctrina. Se les puede emplear para ilustrar doctrinas enseñadas claramente en la Biblia, pero no para formular nuevas doctrinas. Por lo tanto, decir que es un juicio separado sería un error de interpretación. Parece mejor pensar que esta parábola no habla de un juicio en especial, sino que presenta los principios generales por los cuales el Señor juzgará a la humanidad el día del juicio final.
Esta descripción del juicio enseña varias verdades:
- El juicio de Cristo es personal. Aunque todas las naciones serán congregadas ante Jesucristo, hay que destacar que El juzgará individualmente a cada persona. No habrá distinciones entre reyes y súbditos, entre amos y criados, uno tendrá que rendir cuenta de "lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo" (2 Corintios 5:10).
- La actitud de una persona hacia Cristo se revela por su manera de tratar a los seguidores del Rey. La norma para juzgar es el servicio prestado a los discípulos del gran Hermano. El Señor se identifica con sus seguidores. "En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis." ¿Quiénes son mis hermanos más pequeños"? Son los creyentes que todos se consideran insignificantes, de menor importancia; en otras palabras, cualquiera de los hermanos de Cristo. Esta es una virtud que deben desarrollar los hijos de Dios, Juan enfatiza “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ha visto?" (1 Juan 4:20).
- El juicio tendrá por consecuencia la separación absoluta y permanente entre las ovejas y los cabritos. Con la larga vara de pastor, el Rey-Juez dividirá el rebaño en dos categorías solamente: las ovejas y los cabritos. La figura de las ovejas nos sugiere que los seguidores de Cristo son dóciles, sumisos y apacibles; en cambio, la de los cabritos nos da la idea de personas rebeldes, desobedientes e incontrolables.
- El Rey invita a las ovejas que tiene a su derecha: ''Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo." A lo largo de los siglos, Cristo les ha hecho a todos esta invitación; ''Venid."
- Los de la izquierda: En cambio, ahora les dice algo terrible a los que tiene a su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles." Durante toda su vida, aquellos hombres han estado apartándose del Señor. Ahora son echados de su presencia.
Conclusión:
Estas palabras nos dicen que el reino y la herencia de los santos fueron preparados por Dios desde la fundación del mundo. En cambio, afirman que el fuego eterno solamente fue preparado para el diablo y sus ángeles (los demonios). Por consiguiente, podemos deducir que Dios preparó un solo lugar para el hombre. Hay un solo lugar al cual El desea que vayan los hombres: el lugar celestial preparado desde la fundación del mundo. Solamente cuando el hombre decide apartarse del camino del Señor para seguir a Satanás, va al lugar que sido asignado para éste.
Jesús aplicó el vocablo griego (aionios), traducido como "eterno", tanto a la vida venidera del justo como al castigo del impío. Esto indica que la separación será definitiva; que tanto la recompensa como castigo serán eternos, es decir, no tendrán fin.