Vida por el Espíritu



“Más bien, vístanse con la presencia del Señor Jesucristo, Y no se permitan pensar en formas de complacer los malos deseos.”  Romanos 13: 14

 

“Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a Él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.”    2ª Corintios 3:17

 

 

El Espíritu Santo no tiene ninguna experiencia en ser impaciente, agresivo, o detestable. Ese es el lenguaje de nuestra carne.  El fruto será la consecuencia de una vida rendida y entregada al Espíritu de Dios. Pero no hemos sido llamados a enfocarnos en el Fruto; hemos sido llamados a enfocarnos en el Espíritu de Dios.

 

¿Simplemente suficiente, verdad?

 

Muy a menudo, nosotros no vemos crecimiento en nuestras propias vidas y de hecho decimos cosas como, “Soy la persona más impaciente del mundo,” o, “Simplemente no puedo soportar a ciertas personas.” No, la verdad del asunto es que cuando mantenemos esta mentalidad, simplemente estamos escogiendo caminar en la carne. En nuestra existencia humana, estamos siendo lo opuesto al Fruto del Espíritu.

 

Buscar a Dios y pedirle a Él que nos ayude para crecer en la demostración del Fruto de Su Espíritu en nosotros nos desafiará y nos ayudará porque estamos escogiendo negarnos a nuestra carne y en lugar de eso alimentamos nuestro espíritu. Comenzaremos a ser colocados en situaciones que van a permitirle al Espíritu Santo que desarrolle Su Fruto dentro de nuestra vida. Según el pastor Rick Warren, “Todo problema es una oportunidad para edificar el carácter.”  No es una broma que debemos retenerle a nuestra carne lo que quiere. Porque…

 

  • Nuestra carne simplemente quiere “obtener”, pero el Espíritu nos llama para amar y extender bondad.
  • Nuestra carne quiere entretener pensamientos pecaminosos, pero e Espíritu nos llama para caminar en dominio propio y templanza.
  • Nuestra carne quiere gobernar con “mal humor”, pero el Espíritu nos llama para caminar en gozo y paz.

 

¿Qué pasaría si, yendo hacia delante, verdaderamente vivimos de acuerdo a Romanos 13:14 que nos dice que nos vistamos de Jesucristo y no proveamos nada para gratificar o satisfacer los deseos de la carne?  Cada día nos vestiremos de Cristo, obedeceremos la guía del Espíritu y básicamente ignoraremos la carne. Todo se trata de hacia donde miramos y qué es lo que miramos para nuestra satisfacción.

 

Mientras le damos más control de nuestras vidas al Espíritu, Él comenzará a hacer en nosotros y a través de nosotros lo que solamente Él puede hacer: moldearnos y hacernos crecer para ser más como Jesús. Literalmente estamos siendo transformados y cuando lo hacemos, podemos ver nuestro crecimiento mientras caminamos por la vida siguiendo a Jesús.

 

En vez de evitar el cambio, nuestra oración debe ser: “Dios, haz en mí lo que sea necesario para que yo pueda exhibir tu Fruto en mí.” Debemos renunciar a huir del crecimiento y de pensar que nunca vamos a cambiar. Podemos cambiar porque tenemos el poder del Espíritu Santo impulsándonos hacia delante cada día. El Fruto del Espíritu se convierte en parte de nosotros cuando caminamos en obediencia a su Espíritu.

 

Reflexión:

 

  • ¿Tiendes a poner excusas para las pruebas de carácter que existen en tu vida que son difíciles de afrontar, o trabajas duro para vencer esas deficiencias?
  • Piensa en una excusa que te pongas a ti mismo y que aún la sigas usando y pídele al Espíritu Santo que te ayude y te guíe para que puedas crecer en esta área.

¿Esto podría bendecir a alguien más? Compartelo y lleva el mensaje de salvación a otra persona


¿Te gustaría recibir más reflexiones, devocionales, predicaciones y estudios bíblicos? ¡Suscríbete a nuestro newsletter y recibe contenido virtual gratis!   

¡Quiero suscribirme!