Las Bendiciones de Dar y Ofrendar



“Recuerden lo siguiente: Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, porque Dios ama a la persona que da con alegría. Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra para compartir con otros… Pues es Dios quien provee la semilla al agricultor y luego el pan para comer. De la misma manera, él proveerá y aumentará los recursos de ustedes y luego producirá una gran cosecha de generosidad en ustedes. Efectivamente, serán enriquecidos en todo sentido para que siempre puedan ser generosos; y cuando llevemos sus ofrendas a los que necesitan, ellos darán gracias a Dios. Entonces dos cosas buenas resultarán del ministerio de dar: se satisfarán las necesidades de los creyentes de Jerusalén y ellos expresarán con alegría su agradecimiento a Dios.” 2ª Corintios 9: 7, 8, 10, 11, y 12 (Versión NTV)

Devocional 12

Serie Segunda de Corintios


El amor de Dios “explota” y se desborda en bendiciones para las personas que aprenden a ofrendar y a diezmar con alegría. Aunque Dios ama a todos sus hijos, sean generosos o no, hay una expresión especial del amor de Padre que se desata en estallidos de afecto sobre el dador alegre. Ofrendar con alegría significa estar deseoso, gozosamente listo para cooperar para el avance del evangelio de Cristo y para el bienestar de nuestros hermanos en la fe.

 

Recordemos que el apóstol Pablo estaba realizando una colecta para llevar una ofrenda monetaria a los hermanos cristianos de Jerusalén, quienes atravesaban pobreza y persecución. Pablo abre el entendimiento de la iglesia en Corinto para que conozcan todos los frutos y las bendiciones que Dios desata sobre los que dan con alegría. 

 

¿Cómo podemos empezar a dar y ofrendar con alegría? ¿Cómo podemos convertirnos en personas generosas, aún en medio de nuestras carencias o necesidades? ¿Cómo hemos de dejar a un lado el temor o la incertidumbre de querer ofrendar, pero saber que no nos alcanza?

La respuesta es que debemos de creer, y tener fe en las recompensas y las bendiciones que Dios, en su amor, desatará sobre nuestra vida cuando tenemos la actitud correcta para dar.

 

En primer lugar, si diezmamos y ofrendamos con alegría, Dios va a proveer con generosidad para todas nuestras necesidades. Y aún, dice el texto que, “habrá bastante de sobra…” pero notemos que la razón por la cuál Dios nos dará más que suficiente es únicamente para compartir con los demás.  Entonces podemos orar y pedirle a Dios que nos de lo que necesitamos de tal manera que nos sobre para compartir. Pidámosle a Dios que nos de el privilegio de tener algo extra en las manos o en los bolsillos para compartir con los necesitados, y para ofrendar para el crecimiento de la Iglesia.  Dios responderá a nuestra petición si lo hacemos con sinceridad.

 

En segundo lugar, dice el apóstol Pablo que uno de los grandes resultados de dar es la gratitud hacia el Señor; Pablo escribió que cuando los creyentes en Jerusalén recibieran la ofrenda, “expresarían con alegría su agradecimiento a Dios”. Todo las cosas que recibimos son gracias a la bondad de Dios; Por lo tanto, debemos desarrollar el hábito de la gratitud en nuestra vida diaria. Al despertarnos, al tomar los alimentos, al ir camino a nuestro trabajo, antes de descansar por la noche, etc. En todo tiempo debemos expresar con nuestra voz palabras de gratitud para Dios: “Gracias Señor por este nuevo día; gracias por el privilegio de tener un propósito y tareas que desempeñar durante el día; gracias por el pan que tu me permites tomar; gracias por mi familia; gracias por mis hijos; gracias por la salud que me concedes hoy; gracias porque me puedo bañar, porque tengo agua, etc.” En vez de quejarnos de la vida , del gobierno, de nuestros  problemas, o de nuestra salud deteriorada, debemos dar siempre gracias a Dios por todo.

Cuando formes un corazón agradecido para Dios, Él te bendecirá con mas recursos para que puedas bendecir a otros, y causar más y más  gratitud en el corazón de los hermanos.

 

La gratitud, la alegría, y el compartir, de lo mucho o lo poco que tengamos, son las tres actitudes que Dios recompensa con más bendición y más recursos. Porque de esta forma nos convertiremos en siervos de Dios, a quienes Dios puede confiarles más recursos cada vez, para seguir bendiciendo a otros y al avance de su Iglesia.

Recuerda: Alegría, Gratitud, y Compartir. Ora pidiéndole a Dios que abra tu corazón para que puedas confiar plenamente en su provisión y en su bondad. Pídele a Dios que te de un espíritu de Fe para creer que todas estas bendiciones te alcanzarán. Ora para que te conviertas en una dador alegre, en un siervo agradecido, y en una persona generosa con lo que tienes hoy.