Transformados por Su Gloria



“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor“ 2ª Corintios 3: 18

Devocional 5

Serie Segunda de Corintios


Como discípulos de Cristo, Dios nos ha dado vida por medio de su Espíritu. Ahora vivimos bajo el nuevo pacto de Dios (leer devocional 4: “El Espíritu del Nuevo Pacto).

Hay un pensamiento clave que nunca debemos perder de vista cuando adoramos y servimos a Dios, este es la realidad de que el Espíritu Santo es el que va transformando cada día nuestra vida hasta que lleguemos un día a la presencia eterna de Dios, y entonces, ahí,  seremos transformados por última vez y en forma definitiva en la perfección de Jesucristo.  Pero el Espíritu del Señor es el protagonista para que todo este proceso ocurra en la vida de los cristianos.

La transformación en nuestra vida ocurre únicamente cuando miramos la gloria del Señor. Y el mirar la gloria de Dios sucede, como dice el apóstol Pablo, “como por el Espíritu del Señor”.  Es decir, que el hecho de podamos ver la gloria de Dios una y otra vez, depende del poder del Espíritu Santo obrando en nuestra vida; El Espíritu Santo nos abre el entendimiento para ver la gloria de Dios resplandeciendo en el evangelio de Cristo. El Espíritu Santo tiene poder más que suficiente para darnos la libertad de ver y percibir con todo nuestro ser la gloria de Dios.

“Nosotros todos…” El apóstol Pablo creía que no solamente él o los lideres de la iglesia necesitaban o podían ver la gloria del Señor; sino que cada creyente, todos sin excepción, tenemos la libertad y la necesidad para mirar la gloria del Señor para ser transformados. Todos nosotros como iglesia, tenemos la gran oportunidad todos los días, de orar y pedirle al Espíritu Santo que abra nuestro corazón y nuestra mente para poder ver la gloria de Dios que resplandece en la vida de Jesucristo. Ver la gloria de Dios significa estar en la presencia de Dios, leer su palabra con el deseo de recibir vida nueva, adorarle, cantar a para él, y darnos cuenta de su realidad y su presencia fiel en nuestro corazón.

Ser transformados día tras día es muy importante en la vida cristiana, ya que experimentar las transformaciones constantes del Espíritu de Dios en nuestra vida nos llena de esperanza para llegar un día a nuestra transformación final. Y necesitamos vivir llenos de esperanza en Jesús.

El llamado de la palabra de Dios es para que sepamos que solamente el Espíritu del Señor es el que quita todo lo que obstruye y estorba en nuestra vida para que podamos percibir claramente su gloria; Que el Espíritu del Señor es el que nos da la libertad para acercarnos delante del trono de Dios para adorarle y conocerle más. 

Oremos y busquemos en este tiempo, que no nos cansemos de ser cambiados de gloria en gloria, una y otra vez, todas las veces necesarias hasta que lleguemos a la eternidad con Cristo. Pero sobre todo, que sepamos que en la palabra de Dios encontramos completamente la gloria de Dios revelada, y necesitamos entendimiento del Espíritu Santo para recibir sus palabras en lo mas profundo de nuestro ser.  Ora, busca, y lee su palabra.