Lección 10
Los libros poéticos
Introducción al Tema:
A partir del Salmo 107 entramos a considerar el V Libro del Salterio. Este libro agrupa los Salmos 107 al 150, lo que es la última parte del Salterio. Como los otros cuatro libros, éste también encierra una gran variedad de himnos.
Por ejemplo contiene dos colecciones de salmos escritos por David, 108 al 110, y 138 al 145. También encontramos aquí otro grupo de Salmos de Ascenso (aquellos que el pueblo cantaba cuando iba subiendo a Jerusalén a las grandes celebraciones) 120 al 134, de los cuales el 122, 124, 131 y 133 fueron compuestos por David. De este grupo de ascenso, Salomón escribió el 127. El Salterio alcanza su clímax aquí con los cinco Salmos conocidos como Hallel ("alabado sea el Señor") y que son del 146 al 1 50.
La tradición judía agrupa los Salmos 113 al 118 como "el Hallel Egipcio" que son los salmos que Israel canta en la celebración de la Pascua. Uno de estos himnos cantó el Señor Jesús en la celebración de su Ultima Pascua con sus discípulos (Marcos 14:26)
Al tomar en cuenta esta riquísima variedad de salmos y enfoques que cada salmo presenta en sus diferentes clasificaciones dentro del V libro, es necesario concluir nuestro enfoque de los primeros Cuatro Libros y prepararnos para enfocar la rica diversidad del último Libro, precisamente considerando el poder de los Salmos para hablar a la totalidad de la personalidad humana. Sería imposible analizar en este curso cada uno de los Salmos del V Libro, pero sí podemos tomar el principio expuesto en esta lección y aplicarlo al estudio devocional personal que de estos salmos hagamos en el futuro inmediato.
Los Salmos, al informarnos acerca de Dios y del ser humano, y de lo que Dios espera de nosotros, van mucho más allá. Los Salmos son himnos inspirados por Dios para despertar nuestras emociones, para dirigir nuestro intelecto y nuestra voluntad, y para estimular nuestra imaginación.
Los Salmos son el espejo de nuestra alma.
Bosquejo de la lección
1. Los Salmos forman nuestro intelecto
Los Salmos nos comunican los hechos fundamentales acerca de la naturaleza de Dios, del hombre, de la adoración y la alabanza, de la creación y de la voluntad y el plan de Dios para su creación en general y para el ser humano en particular. Por ejemplo:
- Los Salmos 106, 107, 119, etc. describen maravillosamente la naturaleza de Dios.
- El Salmo 8 nos habla de-la naturaleza del hombre.
- Los Salmos 95, 96, 150, nos informan sobre la naturaleza de la adoración y alabanza que Dios espera de nosotros.
- El Salmo 1 nos informa de la voluntad de Dios para el ser humano.
Sin embargo, los Salmos jamás nos informan sobre los hechos fundamentales con el puro propósito de que sepamos y estemos enterados.
Los Salmos informan nuestra capacidad intelectual con el objetivo claro de que conozcamos mejor a Dios; y que al conocerlo mejor, nuestra vida cambie, nos sometamos más a su voluntad, le amemos más, y tengamos vida eterna.
2. Los Salmos despiertan nuestras emociones
No podemos leer los Salmos sin una respuesta emocional. Conforme el salmista grita de gozo o de dolor, nuestras emociones se identifican con las de él. En otras palabras, cuando leemos los Salmos no sólo aprendemos acerca de Dios, también aprendemos acerca de nosotros mismos. Creo que es exacto decir que los Salmos están orientados hacia las emociones del hombre y de la mujer. Tan es así, que los salmos pueden ser clasificados por el tipo de estado emocional que representan. Así tenemos salmos que son alabanzas, otros que son peticiones profundas, otros que son lamentos, otros que son imprecaciones, otros que son súplicas entrañables, y así sucesivamente.
Entre las principales emociones a las que están enfocados los Salmos, tenemos por ejemplo algunas:
- Asombro y reverencia ante la grandeza de Dios, como en 5:1 y 8:1, 9.
- Vergüenza, como el Salmo 44: 9,15.
- Temor. Esta emoción a veces es expresada en lamento porque el salmista duda de que Dios esté presente. Admite su temor, pero pronto encuentra paz en Dios, como en el Salmo 56:3.
- Tristeza como en los Salmos 6 y 13.
- Ira como en 5:10 y 109:8-10.
- Duda en el Salmo 73, etc.
3. Los Salmos dirigen nuestra voluntad
Los Salmos nos instruyen en lo que tiene que ver con la conducta, o más claro, cómo nos debemos comportar en nuestra vida diaria. Así tenemos, por ejemplo:
- Los Salmos de sabiduría que se caracterizan por trazar el contraste entre el estilo de vida del justo y el impío. La frase característica es, "... bienaventurado es aquel” (Samos 1 y 32).
- Los Salmos que dirigen nuestra voluntad por el ejemplo; los Salmos ponen delante de nosotros ejemplos que debemos seguir (7:17; 23:4; 9: 1; 51:13: 86:7; 119:32).
- Los Salmos que dirigen nuestra voluntad por mandamiento. El contexto de todos los Salmos es alabanza. El salmista siempre es un director de alabanza que dirige al pueblo en la adoración, y que constantemente está exhortando al pueblo a adorar a Dios. Si escuchamos los mandamientos del salmista, nuestra adoración cambiará radicalmente. Por ejemplo, los Salmos 47:1; 29:1 -2; 103:1 -2, etc.
Conclusión:
Los Salmos hablan a todas las estaciones por las que atraviesa nuestra alma. Nuestro intelecto es informado, nuestras emociones son refinadas, y nuestra voluntad es dirigida.
¿Qué otra motivación necesitamos para pasar tiempo leyendo y meditando los Salmos?