El Espíritu del Señor está sobre mi... por cuanto me ha enviado... a poner en libertad a los oprimidos..." (Lc. 4:18-19).
Lección 2
El ministerio de Sanidad del Señor Jesús
Pasaje Sinóptico Básico: Mr.1:21-28 y Lc.4:31-37
Introducción:
De acuerdo con el registro que de este evento hace Lucas, el Señor realiza esta liberación inmediatamente después de haber iniciado su ministerio en Nazaret y haber declarado en la sinagoga su misión aquí sobre la tierra:
"El Espíritu del Señor está sobre mi... por cuanto me ha enviado... a poner en libertad a los oprimidos..." (Lc. 4:18-19).
Esto le da un tremendo fundamento a su ministerio de liberación y sanidad. La liberación y sanidad es parte integral de la misión de Cristo, de su evangelio de la proclamación y sometimiento al Reino de Dios.
Es decir, la liberación y sanidad Cristo la práctica como parte de su invitación y desafío al hombre de convertirse en su discípulo y ser así libre integralmente de las obras del diablo. La liberación sanidad cristianas no son obras separadas o independientes de la vivencia y proclamación del evangelio. Son partes integrantes. Son símbolos que apuntan hacia la liberación y sanidad final, plena y completa que el discípulo de Cristo tendrá cuando finalmente entre a las moradas celestiales.
Cristo vino a este mundo con el propósito de destruir las obras del diablo en general (1ª. Juan 3:8). El diablo estaba totalmente consciente de ello. De aquí que Satanás trataría de detener a Cristo, o cuando menos utilizaría todo su poder para estorbarlo e impedir que realizara su obra. Especialmente después de que el Señor Jesús había triunfado en forma tan decisiva sobre él en el desierto, el diablo convoca todo su poder y todos sus recursos para impedir que Cristo establezca su reino aquí sobre la tierra. La posesión demoniaca es la forma más dramática, notable, visible y obvia de la oposición del diablo a la obra de liberación de Dios y si Jesús de Nazaret es el Ungido de Dios, el Hijo de Dios, entonces tiene que demostrar su poder sobre satanás desde el mero principio
Esta es la razón por la cual Cristo inicia su ministerio liberando a un hombre del poder satánico. Indicando con esto que la salvación que El ofrece es liberación integral, completa, perfecta que empieza con el rompimiento del trato del hombre con el reino de las tinieblas y su completa liberación y traslado al reino de Dios. Luego entonces, la sanidad física que viene de Cristo (porque el diablo también sana) se da en el contexto del sometimiento al reino de Dios.
1. Lo que este evento nos dice de Dios y de su Plan De Redención:
La obra de redención de Dios en Cristo Jesús es total. Es decir, quiebra todos los instrumentos de esclavitud que el enemigo del hombre ha diseñado: El pecado, los pecados, los vicios, los complejos, etc. Pero esta liberación empieza donde debe empezar, liberando al hombre del control directo, físico, personal, cruel del diablo. Este es el evangelio de Jesucristo.
Dios tiene poder absoluto sobre el diablo y sus obras. Notamos la victoria de Dios sobre los intentos de satanás de destruir a Jesús cuando todavía era niño. Notamos la contundente victoria de Cristo sobre satanás en el desierto en la hora de la tentación, Y ahora vemos que los demonios tiemblan ante la presencia de Cristo y obedecen a su voz de mando.
Por naturaleza, Dios quiere, por medio de Jesucristo, liberar al hombre. En el registro que los Sinópticos hacen del ministerio del Señor, siempre que se encuentra a un endemoniado, lo pone en libertad (Mr.1:25, 34, 39, etc.)
Marcos dice: "...les enseñaba en los días de reposo..." Lo que indica que esta liberación se da en el contexto de la proclamación del evangelio. Y siempre es así. Cristo echa fuera demonios mientras anuncia el reino de Dios, como parte de las demandas y recursos del Reino. Así nos mandó a nosotros: Que mientras vivamos y anunciemos el evangelio, echemos fuera demonios (Mr. 16:15,17).
Dios nunca acepta la proclamación del evangelio por parte del diablo. El diablo también anuncia el evangelio para su propio provecho. Aquí el demonio clama:
" Se quién eres, el Santo de Dios” (Mr. 1:24; Lc.4:34).
2. Lo que este evento nos dice del Diablo y de su plan de oposición a Dios:
- Los demonios son seres personales, ángeles que cayeron bajo el liderazgo de satanás. Ahora son sus mensajeros, sus emisarios, sus agentes, sus servidores y representantes. Pero poseen personalidad, conocimiento y poder. Por ejemplo aquí conocen a Cristo (su conocimiento es superior al que tienen los judíos acerca de Cristo), saben a qué ha venido a la tierra y saben cuál es su destino final frente a Cristo).
- El diablo, por medio de sus agentes posee a ciertos seres humanos como una de las formas de oponerse al establecimiento del Reino de Dios en el corazón de los hombres. La posesión demoniaca es la penetración al interior del hombre de uno o muchos demonios con el propósito de controlar su mente y su cuerpo y así usarlo para sus propósitos y finalmente destruirlo.
Sin embargo, es interesante notar en estos casos que los endemoniados todavía tienen capacidad para oponerse al diablo y buscar ayuda, clamar por ayuda. ¿Por qué vienen los endemoniados al encuentro de Cristo? ¿Por qué vienen a las sinagogas? ¿Por qué vienen a los templos en nuestros días? Porque buscan ayuda, necesitan ayuda (Mr. 1:23, 34,39; 3:11; 5:2).
Es importantísimo notar que los demonios saben que no tienen nada que ver ni qué hacer con Cristo. Siempre en los sinópticos encontramos a los demonios declarando ante el Señor: ¿"Qué tienes con nosotros Jesús Nazareno Hijo del Dios Altísimo"? (Mr. 1:24 y 5:7) Los demonios no soportan compartir una misma morada con Cristo, ni Cristo la tolera. A la vida que Cristo llega, los demonios tienen que salir y salen por ley, por naturaleza. Una vida humana no puede ser compartida por Cristo y los demonios. Es contra naturaleza. Los mismos demonios lo saben y lo aceptan. Consecuentemente, ¡el verdadero cristiano no puede ser poseído por los demonios!
3. ¿Cuál es entonces nuestra responsabilidad frente a la posesión demoniaca?
- Aceptar que la liberación no es algo separado de la vivencia y proclamación del evangelio. Por lo que el ministerio de liberación no es responsabilidad y privilegio solo de algunos hijos de Dios en especial. Sino que es responsabilidad de todo aquel que vive y anuncia el evangelio.
- Reconocer que tenemos la autoridad y la comisión de Cristo para que en el contexto de la proclamación del evangelio, echemos fuera demonios. El ministerio de liberación es solo una expresión del ministerio de la vivencia y proclamación del evangelio; nunca debe existir en forma aislada. No existen los exorcistas en la iglesia de Jesucristo (Marcos 16:14-18).
- Consagrarse cada día al Señor, vivir una vida santa cada día y confrontar en el nombre de Jesús las obras del diablo (Santiago 4:7)
- Permanecer en la Palabra para conocer los recursos de Cristo y la naturaleza y comportamiento del enemigo.