El primer retiro



Lección 2

La Formación de los discípulos

Texto Básico: Marcos 6:30-44; Mateo 14:13-21; Lucas 9:10-17


Un Acercamiento al Tema de la Lección

1.       Como lo habíamos dejado establecido en la primera lección, a partir de este momento, el Señor vuelve su atención, de una manera muy notable, a la capacitación personal  privada de sus discípulos íntimos (los doce) en preparación a lo que vendría después de su partida de este mundo. A lo largo de su ministerio, siempre vemos al Señor alerta  y aprovechando cada circunstancia estratégica para impactar, formar y capacitar a sus discípulos.

2.       En este caso en particular el Señor aprovecha una situación muy sensible y muy estratégica. Los discípulos habían sido enviados de dos en dos en una gira de predicación y ministración bastante intensa (Mr. 6:7-12; Mt. 10:5-15; y Lc. 9:1-6). Ahora estaban regresando a Jesús con testimonios y con dudas que compartir y muy cansados. Por otra parte, habían recibido la noticia de la ejecución de Juan el Bautista (Mr. 6:14-29) que seguramente trajo tristeza, preocupación y un poco de confusión en relación con su propio destino. Este era el momento estratégico para tomarlos aparte y guiarlos en un periodo de descanso físico, profunda reflexión y enseñanza.

La lección: 

1.- Primero observemos la estrategia que el Señor sigue en su atención personal a sus discípulos:

 Sobre la base de lo que les ha enseñado por más de un año, los empieza a involucrar en proyectos breves de ministerio enviándolos de dos en dos (Mr.- 6:7-13 y paralelos). Este elemento de la estrategia del Señor tiene una gran enseñanza para nosotros. Mientras no nos involucremos en el servicio, no creceremos; y mientras no encontremos formas de involucrar en el servicio a aquellos que discipulamos, jamás llegarán a la madurez en Cristo.

Se reúne con ellos y les pide un reporte evaluativo del trabajo que han realizado (Mr. 6:30 y paralelos)

“Entonces los discípulos se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado”.

Nunca nos deja solos en aquello que nos encomienda.

Periódicamente los saca del bullicio y de la rutina del servicio y los lleva en retiro a lugares solos (Mr. 6:31-32  y paralelos):

»      Para que descansen físicamente

»      Para que pasen tiempo a solas con El  y se fortalezcan en el espíritu.

»      Para corregir errores cometidos en el trabajo encomendado  para responder a dudas y confusiones surgidas en el proceso.

Pero si se presenta una necesidad de servicio en el proceso del retiro, el Señor la aprovecha para involucrar a sus discípulos en una experiencia dirigida y supervisada personalmente por El (Mr. 6:33-44 y paralelos). El Señor siempre va por delante en todo aquello que nos pone a hacer.

2.- Observemos los Principios de discipulado que dan contenido a la estrategia usada por el Señor:

 En el terreno de la práctica, el Señor enseña a sus discípulos que en el campo del discipulado, como discípulo y como discipulador, la necesidad de aquellos que estamos tratando de guiar a Cristo o que estamos discipulando, es primero. Los apóstoles y el mismo Señor estaban necesitados física, emocional y espiritualmente.  Necesitaban pasar tiempo a solas en reposo, oración y reflexión. Les urgía el retiro. Esta es la razón por la que Cristo los pone en la barca los guía a un lugar desierto del otro lado del mar de Galilea. Pero la gente necesitada los vio partir  por la dirección que tomó la barca, calculó hacia donde se dirigían. De tal manera que cuando arribaron al lugar, ya la gente había dado la vuelta al lago, caminando y  los estaban esperando. El Señor pudo haber tomado aquello como abuso e invasión grosera a la privacidad a la que Él tenía derecho con sus discípulos.

Pero en vez de molestarse, vio la necesidad y tuvo gran compasión de ellos porque eran como ovejas sin pastor. Hizo a un lado su descanso y sus planes personales y se dedicó, juntamente con sus discípulos, a ministrar a las necesidades integrales de la gente.

»  El siguiente principio de discipulado que el Señor les ilustra a sus apóstoles es que Él es el pastor que la gente necesita y que sus seguidores, somos sus ovejas y sus colaboradores. Jesús a través de este evento se revela como el Mesías que pastorea a su pueblo en forma integral y perfecta. Hay que leer el reporte de Juan para notar que así lo entendió la multitud. En nuestra tarea de discipulado jamás debemos perder de vista a nuestro pastor.

»      El tercer principio de discipulado que los apóstoles aprenden aquí es que Jesucristo es la fuente suprema de toda satisfacción:

  • Solo en Él lo que el hombre tiene y rinde a los pies de Dios se convierte en bendición para los demás. Así, los pocos peces y los cuantos panes, rendidos a los pies de Cristo son multiplicados para bendecir a la multitud.
  • Solo en El la multitud que divaga sin esperanza y sin rumbo encuentra la satisfacción integral a su necesidad total.
  • Solo cuando el discípulo recibe directamente de su Señor el alimento y los recursos para discipular a otros es que se torna en verdadero discípulo-discipulador.

» Y el cuarto principio de discipulado que los apóstoles reciben aquí es que el discípulo es el instrumento que Dios usa para llevar su pan de vida a la multitud necesitada:

Dadles vosotros de comer

Cristo pudo repartir personalmente el alimento a la multitud en la misma forma sobrenatural en la que lo había multiplicado. Sin embargo, decide hacerlo a través de sus discípulos. Esto establece un principio espiritual que vemos a lo largo de la revelación. Nosotros somos las manos, los pies y la boca de Cristo aquí sobre la tierra.  Por algo constituimos su cuerpo. Dios nos ayude a ser siempre esos instrumentos de vida.