“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos… para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.“ 2ª Corintios 4: 7, 8, 9, y 11b
Devocional 7
Serie Segunda de Corintios