Anclados a Nuestros Pastores



Devocional 19

“Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.”

Hebreos 13:7

 

“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no es provechoso.” 

Hebreos 13: 17

 

Este es uno de los consejos más provechosos y más bienaventurados para toda la iglesia: Acuérdense de sus pastores.

Para llegar a ser personas íntegras, verdaderos discípulos de Cristo, y siervos que expresen madurez en el carácter, es necesario que nos acordemos de nuestros pastores siempre, que imitemos su fe (siempre y cuando su conducta sea íntegra y recta), y que obedezcamos su liderazgo con alegría y sin quejarnos.

 

Hoy podemos agradecer como iglesia local, en esta comunidad Rey de Gloria, porque Dios nos ha provisto de pastores íntegros, rectos, de buena conducta, que aman a Dios con todo su corazón, y cuyo único interés es guiar a la iglesia en la sana doctrina para que todos conozcan verdaderamente a Jesús. El amor de nuestros pastores por Jesús, y la fe que tienen en Él, debe guiarnos para que imitemos su fe y su forma de adorar a Dios.

 

Dios también espera que obedezcamos a nuestros pastores con alegría y sin quejarnos. Obedecer con alegría no siempre es fácil, pero si seguimos el ejemplo de nuestros pastores encontraremos la fortaleza, el consuelo, y el mejor consejo que tanto necesitamos para enfrentar las diversas pruebas de la vida.

 

Mira estas tres razones por las cuales la obediencia hacia nuestros pastores será muy provechosa:

 

  1. Porque ellos velan por tu alma. Nuestros pastores llevan la carga de nuestros problemas. Ellos piensan mucho en las dificultades que tenemos, y oran frecuentemente para pedirle a Dios por nosotros. Ellos siempre están pensando  en cuál será el mejor versículo en la Biblia con el cuál pueden guiarnos a la verdad, o ayudarnos, o consolarnos. Al estar orando, pensando, y escuchando la voz de Dios para guiarnos, es obvio que el mejor consejo, basado en la palabra de Dios, saldrá del corazón de nuestros pastores hacia nosotros.

 

  1. Porque ellos nos hablaron la palabra de Dios. Nuestros pastores conocen la necesidad general de la iglesia, y la necesidad de cada creyente en particular. Por eso, sus instrucciones y sus consejos siempre estarán sustentados en la verdad libertadora de la palabra de Dios. Escucharlos formará nuestro carácter para ser discípulos y siervos que en verdad crezcan en la fe.

 

  1. Porque ellos han de dar cuentas delante de Dios. Nuestros pastores están conscientes de que un día el Señor, el juez de todos, les va a pedir cuentas de la forma en la que guiaron a la iglesia de Cristo. Su labor es simplemente apuntarnos hacia la verdad de Jesús, pero la responsabilidad final es de cada creyente. Y considerando que ellos nos guían fielmente con un ejemplo de fe, de integridad, de amor, y de apego a la palabra de Dios, la responsabilidad de obedecer y seguir su ejemplo es de cada cristiano. Todos nosotros le daremos cuentas al Señor cuando nos pregunte por qué obedecimos, o por qué desobedecimos a nuestros pastores.

 

Este devocional tiene la intención de alentarnos a que nos acordemos de nuestros pastores. Por eso, aquí te damos algunas ideas prácticas para acordarte de tus pastores:

 

  • Se fiel al liderazgo de tus pastores. No te vayas impulsivamente detrás de otros “ministerios” extraordinarios fuera  de la iglesia local; no te comprometas con otras iglesias, aunque las actividades parezcan muy sanas y muy prometedoras para ti, pues Dios te ha puesto bajo el liderazgo de tus pastores por algo. No escuches la voz de otros “pastores falsos” que muchas veces lo único que pretenden en reunir más gente para hacer crecer sus iglesias. La forma en la que las iglesias deben crecer es predicando el mensaje de salvación a quienes no lo han recibido aún.  

 

  • Ora por tus pastores. Simplemente pídele a Dios que los fortalezca todos los días. Que Dios supla todo lo que puedan necesitar. Que Dios les conceda salud para seguir sirviendo a la iglesia.

 

Iglesia, siempre mantengamos un corazón generoso para nuestros pastores. No porque ellos nos necesiten, sino porque al actuar generosamente estaremos honrando y agradando a Dios con nuestra obediencia en alegría y en amor.