Anclados al Amor Fraternal



Devocional 18

“Permanezca el amor fraternal”

Hebreos 13:1

 

“Ahora ustedes obedecen el verdadero mensaje de Dios, y Dios los ha limpiado de todo pecado para que se amen unos a otros sinceramente, como hermanos. Así que, ámense mucho unos a otros, con todo su corazón y con todas sus fuerzas.” 

1ª Pedro 1:22 (TLA)

 

Al acercarnos al final de esta serie devocional creo que Dios quiere darnos un último “empujón” para enfrentar las tormentas de la vida.

El cierre de esta hermosa carta, que fue escrita para aquellos hermanos que experimentaron tantas tormentas, se trata de varias instrucciones acerca de cómo vivir la vida cristiana en unidad, como la iglesia de Cristo. Estas instrucciones se han convertido en un eco que resuena a través de todas las generaciones de creyentes que han habitado en esta tierra como el cuerpo de Cristo, y hoy llegan a nuestros corazones para que soportemos las pruebas unidos, como la Iglesia de Cristo que somos.

 

Te invito a que memorices con todo tu corazón este versículo, hazlo ahora: “Permanezca el amor fraternal” (Hebreos 13:1); y eso es todo, no hay mucho que agregar.

 

El amor fraternal se refiere al amor de hermanos. Este amor genuino nace del corazón del cristiano cuando reconoce con sinceridad que sólo el amor de Jesús ha perdonado y ha limpiado sus pecados. Y cuando miramos a los ojos de otro hermano en la fe ambos nos reconocemos mutuamente, porque el mensaje de Dios nos ha impactado, y nos ha limpiado por igual. 

Solamente cuando alguien ha experimentado el amor, el perdón, y la misericordia de Dios en su propia vida puede mirar en la vida de otro hermano, y ver un alma que batalla igual que la suya, que tienes debilidades, conflictos, tentaciones, pruebas, aflicciones, y que necesita de la presencia de Dios tanto como él mismo también la necesita. Entonces puede ver más allá de los defectos de aquel hermano, y mira a un verdadero hermano que también es limpiado y perdonado por Jesús.

Solo entonces puedo ver a otra persona que sirve al Señor rodeado de debilidad al igual que yo, y que depende de la gracia y de la misericordia de Cristo al igual que yo.  

 

Hay muchas cosas que pueden cambiar, o que pueden variar, dentro de una iglesia. Piensa por unos segundos  en todas las cosas que van cambiando, o se van transformando con el paso de los años dentro de la iglesia local. Pero hay un elemento que debe permanecer, y es el amor fraternal. Las formas para servir pueden cambiar; las canciones cambian; las personas van o vienen;  Pero el mandamiento de Dios que permanece inmutable es este: permanezca el amor fraternal.

 

Amados hermanos, recordemos que el amor fraternal no es un sentimiento, sino una decisión. Es un compromiso con los miembros de la iglesia, para servirlos, para ayudarlos, para hospedarlos, y para guiarlos con un buen ejemplo de amor y paciencia. Pues así nos amó Cristo a nosotros.